El golpista Roberto Micheletti restinge las libertades individuales y cierra medios de comunicación en Honduras

Un grupo de policías mentienen cercadas las instalaciones de radio Globo en Tegucigalpa después que el golpista Roberto Micheletti ordenara el cierre de los medios de comunicación que critican a los usurpadores del poder.

Roberto Micheletti se quitó la máscara de demócrata que anduvo durante casi 29 años, y dejó ver su rostro verdadero rostro: el de dictador, tirano e intolerante al cerrar, mediante un decreto ejecutivo, Radio Globo y Cholusat Sur, así como restringir todas las libertades y garantías constitucionales de 7,6 millones de hondureños.
El cierre de medios de comunicación coincide precisamente con los tres meses del golpe de Estado perpetrado por la cúpula militar, Roberto Micheletti y un grupo de empresarios árabes que financiaron el rompimiento del orden constitucional y con la bendición de Oscar Andrés Rodríguez, el cardenal tercermundista que un día soñó con llegar a ser Papa.
La noche del domingo, el gobierno divulgó un decreto que restringe las libertades públicas de movimiento, expresión y reunión, el cual también autoriza a la Policía a efectuar detenciones sin orden judicial previa.
La madrugada de hoy, lunes, militares y policías allanaron los locales de Radio Globo y del canal 36 de televisión y los sacaron del aire, amparados en el decreto, que aun no ha sido aprobado por el Congreso nacional, valga aclarar también golpista.
Ambos medios eran los únicos dos de cobertura nacional que mantenían una línea de clara oposición al régimen de facto encabezado por Micheletti.
Las medidas ocurrieron un día después de que las autoridades de facto "detuvieran" e impidieran el ingreso al país a cuatro diplomáticos de la OEA, que habían sido enviados a Honduras para buscar una salida a la crisis política.
Tras las resoluciones, la ONU denunció este lunes el "empeoramiento de la situación" en el país y advirtió al gobierno de facto que una acción que quebrante la inviolabilidad de la embajada de Brasil en Honduras, donde se refugia Zelaya desde que regresó al país, sería "un desastre".
"Sería un desastre si ocurre alguna acción que viole la ley internacional que garantiza la inviolabilidad de las embajadas", señaló el secretario adjunto de la ONU encargado de asuntos políticos, Lynn Pascoe. El organismo multilateral ya había exigido la semana pasada el cese del acoso a la sede diplomática.
En Washington, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, dijo que las medidas adoptadas por el gobierno de facto son incompatibles con la "normalización" del país y la celebración de las previstas elecciones de noviembre próximo.
Desde la embajada de Brasil el presidente Zelaya hizo un llamado a la comunidad internacional a "actuar inmediatamente" para evitar un magnicidio y un recrudecimiento de la represión contra el pueblo.
El gobernante permanece recluido junto a su esposa y unos 60 seguidores en el local de la sede diplomática, que está sitiada por centenares de efectivos militares y policías.
Estados Unidos opinó el lunes que el retorno de Zelaya fue "irresponsable" y no sirve a los intereses de su pueblo.
"El retorno del presidente Zelaya a Honduras es irresponsable y no sirve ni a los intereses de su pueblo ni a aquellos que buscan el restablecimiento pacífico del orden democrático en Honduras", dijo el representante alterno estadounidense ante la Organización de Estados Americanos, Lewis Amselem durante un Consejo Permanente de la OEA, reunido en sesión extraordinaria.
"Los que facilitaron el retorno del presidente Zelaya tienen una especial responsabilidad para prevenir la violencia y el bienestar del pueblo hondureño", explicó el diplomático, sin dar más detalles.
La declaración del diplomático supuso un cambio de nuevo en la política estadounidense ante la crisis en el país centroamericano.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, había expresado la semana pasada su esperanza de que el retorno de Zelaya fuera una "ocasión" para el inicio de una negociación entre ambas partes.