Así lucía una mesa electoral al cierre de las elecciones, las boletas electorales estaban enteras, reflejo del abstencionismo.
Los golpistas creyeron que con las elecciones lavarían el golpe, pero la población no acudió a las urnas el pasado 29 de noviembre masivamente como pretendían desinformar algunos medios de comunicación que estan tras el derrocamiento de Manuel Zelaya.
En Honduras el sistema electoral establece que gana los comicios el candida con mayor número de votos, no es necesario ir a una segunda vuelta cuando no se logra más del 50 por ciento del electorado.
2.3 millones de hondureño no acudieron a las urnas, o sea el 51 por ciento una cifra record. Con esos resultados, no veo que algún gobierno del mundo pueda reconocer de manera inmediata a Porfirio Lobo Sosa como un presidente electo por la voluntad popular.
El restablecimiento de las relaciones con la comunidad internacional será más duro con esas cifras, pero parte de la culpa es del nuevo "presidente electo", quien desde el 28 de junio asumió una posición pusilánime. No definió si estaba a favor o en contra del golpe, ni siquiera lo calificó como tal. Aunque todo el mundo sabe que su partido se confabuló con los liberales.
Más de la mitad de los electores hondureños no votaron en los polémicos comicios generales del 29 de noviembre en Honduras, celebrados bajo el régimen de facto, según se desprende de las cifras del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
En total, 2.300.056 hondureños votaron en los comicios, de los 4.611.211 habilitados en el censo electoral, lo que equivaldría a una participación de alrededor del 49%, según los datos definitivos del TSE, que no ha cuantificado la abstención.
Estos datos contrastan con el 62% de participación anunciado por el Tribunal electoral horas después del cierre de las urnas de estos comicios desconocidos por la mayoría de la comunidad internacional, con excepción de Estados Unidos, Costa Rica, Perú y Panamá, en tanto Chile evalúa su reconocimiento.
En los comicios previos, en los que fue elegido por un estrecho margen el depuesto presidente Manuel Zelaya, votaron en torno al 54% de los electores habilitados.
Zelaya, que fue depuesto en el golpe de Estado del 28 de junio, había pedido a los hondureños que se abstuvieran de votar al considerar estos comicios ilegítimos, por ser realizados bajo el gobierno de facto encabezado por Roberto Micheletti.
El TSE confirmó asimismo que Porfirio Lobo, el candidato presidencial del Partido Nacional (derecha), obtuvo el 56% de los sufragios válidos, frente al 38% del candidato oficialista del Partido Liberal, Elvin Santos, del mismo partido de Micheletti y Zelaya.
Otros tres partidos que compitieron en la contienda electoral alcanzaron menos del 2% de los votos.
Los hondureños también eligieron 128 diputados y sus respectivos suplentes, al igual que 20 legisladores del Parlamento Centroamericano, con sede en Guatemala.
Lobo tiene previsto asumir el cargo el 27 de enero para un periodo de cuatro años, el mismo día en que Zelaya concluiría su mandato constitucional.
El futuro gobernante ha pedido la renuncia de Micheletti, a fin de que su gobierno sea reconocido y la comunidad internacional abra de nuevo el grifo de la ayuda financiera a Honduras, congelada tras el golpe.
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